Verdaderos ganadores en el deporte lo son gracias a su competitividad, acompañada por un agudo sentido de autocrítica. En las organizaciones, esta mezcla sirve para ser más sostenibles, es deci...
Ser competitivo es maravilloso. Una vez cada cuatro años los deportistas en los Juegos Olímpicos nos lo demuestran. Las historias de personas que luchan y ponen el alma en cada competencia atraen e inspiran a toda la humanidad. Ser competitivos nos obliga a esforzarnos, a tener disciplina para alcanzar objetivos, a ser perseverantes y a estar...
Ser competitivo es maravilloso. Una vez cada cuatro años los deportistas en los Juegos Olímpicos nos lo demuestran. Las historias de personas que luchan y ponen el alma en cada competencia atraen e inspiran a toda la humanidad. Ser competitivos nos obliga a esforzarnos, a tener disciplina para alcanzar objetivos, a ser perseverantes y a estar dispuestos a cambiar y evolucionar para estar en el camino ganador. Pero esta no es una tarea fácil. Como lo demuestran los deportistas, la competitividad debe estar acompañada por un agudo sentido de autocrítica para crear verdaderos ganadores. No se trata de “darse palo”, sino de superarse a sí mismo constantemente. Esta debería ser el camino que elijan las empresas que trabajan por ser sostenibles. Las organizaciones más competitivas son aquellas que valoran e identifican sus fallas y oportunidades, y no temen compartirlas.