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Cinco lecciones del break de derechos humanos

04/23/2019
| conTREEbute

El respeto de los derechos humanos trasciende la labor de los gobiernos y la defensa de las mismas personas. ¿Qué podemos hacer las empresas para mejorar nuestras prácticas y fortalecer la gestión de cara a este asunto? Lo discutimos en nuestro último Break de la sostenibilidad.

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Tiempo estimado de lectura: 3 minutos

En el marco del proceso de diligenciamiento del Dow Jones Sustainability Index -DJSI-, organizamos con Grupo Éxito nuestro más reciente Break de la sostenibilidad para hablar sobre algunos temas relevantes para la dimensión social del cuestionario.

El espacio, realizado en el Carulla FreshMarket de San Lucas (Medellín), contó con la participación de Paula Gaviria, ex Consejera Presidencial para los Derechos Humanos, quien guió la conversación a partir de su experiencia y de la definición de retos y oportunidades que tenemos las empresas en la gestión de este asunto.

También asistieron varias de las compañías que participan en el Índice, entre las cuales generamos una discusión sobre el rol que deben cumplir en sus industrias para promover la protección, el respeto y la reparación de los DD.HH.

Además, compartimos iniciativas y buenas prácticas para impulsar el mejoramiento continuo y volver los DD.HH un tema recurrente en la agenda de las compañías.

A continuación resaltamos las cinco conclusiones más importantes que dejó el break de derechos humanos: 

1. La relación de los DD.HH con la sostenibilidad empresarial ha cambiado. Antes entendíamos esa gestión como la garantía de los derechos laborales -inclusión, pago de prestaciones sociales, libertad sindical, entre otros- para los trabajadores de una compañía, mientras que ahora vemos como una necesidad el compromiso con esos derechos en toda la cadena de valor de un negocio.

2. Cuando se trata de derechos humanos, no basta con respetarlos; hay que trabajar en gestionar los riesgos y reducir los impactos generados. Las empresas tenemos tres principios rectores -proteger, respetar y remediar- definidos por el Consejo de DD.HH de la ONU para enmarcar nuestra gestión interna y escalar los impactos al contexto de la sociedad, así podemos contribuir a la solución del problema con acciones concretas.

3. La mejor evidencia del trabajo en DD.HH es la coherencia, tanto en los procesos de las empresas como en lo que reportamos. Una verdadera gestión en derechos humanos se ve reflejada en las prácticas de las distintas áreas de las compañías -talento humano, sostenibilidad, abastecimiento, etc.- y en el seguimiento riguroso de indicadores para comunicar nuestros avances en el tema.

4. Debemos llamar los derechos humanos por su nombre, no solo alejándonos del estigma que los vincula con el boicot sindical, sino mediante el reconocimiento de canales, herramientas y procesos de las empresas que aporten a la protección de los DD.HH, como la gestión de riesgos, la línea ética o los comités de convivencia, por mencionar algunos. 

5. Las prácticas que funcionan en una compañía pueden servir de referente para otra. Estamos hablando de un tema global, que le importa a cualquier grupo de interés y del cual resultan oportunidades de mejora y aprendizaje, por lo que reportar la gestión en derechos humanos siempre será una gran alternativa.