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¿Qué es el 'fast fashion' y por qué está haciendo de la moda un negocio insostenible?

07/24/2018
| Daiana Mira

Comprar más, usar menos. Es la fórmula de consumo acelerado que tiene a la moda entre una de las industrias más contaminantes del planeta. 

fast fashion

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La industria de la moda es una de las industrias con mayor alcance a nivel internacional, especialmente después de la consolidación de la apertura económica en los primeros años del siglo XXI. Este proceso posibilitó las importaciones de bienes y servicios, principalmente desde Oriente hacia Occidente.

Actualmente, las prendas de vestir y los textiles representan un 5% del comercio mundial de los productos de manufactura, siendo la cuarta industria más representativa. En 2016 alcanzó cerca de 655 billones de dólares en exportaciones.

Este proceso de expansión de la industria y sus grandes volúmenes comercializados, combinado con la necesidad de la industria de innovar y presentar las últimas tendencias de la moda, derivó en la consolidación del concepto “fast fashion” o “moda rápida”.

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Se entiende moda rápida como el fenómeno por el cual se introducen colecciones de ropa que siguen las últimas tendencias de la moda y que han sido diseñadas y fabricadas de forma acelerada y a bajo costo. Así, la industria le ofrece al consumidor la posibilidad de acceder a prendas novedosas a precios asequibles y de forma continua, con cerca de 50 colecciones al año -distinto a las tradicionales colecciones anuales de primavera/verano y otoño/invierno-.

Con la proliferación de la cultura pop y las redes sociales se ha creado un culto al consumismo, descrito por Kelly Drennan, fundadora y directora ejecutiva de la ONG canadiense Fashion Takes Action, de la siguiente manera: “Nadie quiere ser visto o fotografiado con las mismas prendas, y debido a que esta cantidad de prendas son fabricadas muy baratas y cuestan muy poco, es más conveniente para los consumidores disponer su guardaropa”.

H&M, el grupo Inditex con su marca estrella Zara; Top Shop, Primark, Mango, Forever 21 y Uniqlo son algunas de las empresas abanderadas de la filosofía fast fashion. A través de estudios de comportamiento y mercado, campañas de publicidad y estrategias de producción, distribución y marketing, estos negocios han logrado el objetivo de conquistar al público y convertir la moda en un bien de consumo para las masas.

La expansión del fast fashion hacia la conquista del mundo es vertiginosa; ya no se trata de la oferta de prendas, sino de una forma de consumo que cada vez se acentúa más, en la cual las prendas y tendencias cambian a la misma velocidad con la que cambian los gustos de los consumidores.

Esta tendencia consumista ha hecho que el promedio de uso de una prenda nueva sea de solo siete veces antes de ser desechada y que, en los últimos 20 años, se haya presentado un aumento del 400% en el consumo de ropa en el planeta.

Además están los impactos ecológicos típicos de la industria, como el alto consumo de recursos naturales e insumos químicos y la generación de vertimientos y emisiones. La industria de la moda se encuentra entre las más contaminantes del mundo y, en palabras de la diseñadora Stella McCartney, se ha vuelto “increíblemente derrochadora y perjudicial para el ambiente”.

Según el World Resources Institute -WRI-, producir una camisa de algodón consume 2700 litros de agua y la industria textil genera el 20% de la contaminación industrial del agua. Así mismo, se estima que en la producción de una camisa se emiten entre 2,1 y 5,5 Kg de CO2, siendo las prendas fabricadas en poliéster las que mayores emisiones generan -cerca de 706 billones de Kg de CO2 en 2015-.

En el informe Pulse of the Fashion Industry de Global Fashion Agenda y Boston Consulting Group se estima que, de acuerdo a las tendencias de consumo actuales y las perspectivas de crecimiento, el consumo de agua, las emisiones de CO2 y la generación de residuos aumentarán entre 50 y 63% a 2030. 

También surgen preocupaciones de índole social y laboral, como los abusos a la mano de obra. El documental 'The True Cost', que explora los perjuicios del fast fashion, revela que en el mundo hay unos 40 millones de obreros del textil, de los cuales el 85% son mujeres, muchas de ellas menores de edad, ganando dos dólares al día y bajo condiciones de trabajo inhumanas.

“Hoy estamos maquilando más ropa, consumiendo más, usando más recursos y pagando menos que en cualquier otra época", asegura Andrew Morgan, director del documental. Con este panorama, ¿qué puede hacer la industria para transformar su modelo de negocio con prácticas más responsables? ¿Podemos hablar de moda sostenible o nos estaríamos refiriendo a una utopía?

En el próximo artículo te contaremos la apuesta que están haciendo algunas marcas por incorporar la sostenibilidad en su estrategia de negocio y las iniciativas que buscan mitigar los impactos de la industria, crear consciencia en los consumidores y ofrecer alternativas diferentes al fast fashion.

Para que profundices en el tema: Marcas responsables + usuarios conscientes = moda sostenible